Todos marchamos juntos,
en idéntico viaje,
por el mismo camino...
con distinto equipaje...
Y el que va a tu costado
quizás pueda tener,
una visión opuesta
a tu modo de ver...
El contempla la vida
desde su propia historia...,
sus programas, sus miedos,
su apego y su memoria...
Por eso, si creyeras
que equivoca su andar...
¡ponete en sus zapatos
para no prejuzgar...!
(Si acaso fuese el tuyo
su viaje espiritual...
¡seguramente entonces
tu marcharías igual...!)
Antes que censurarlo
sería mucho mejor,
honrarlo en su sendero...
y envolverlo en amor...
Y enseñarle en silencio,
-desde tu vibración-,
que solamente sirve
vivir con compasión...
Dale vos el ejemplo
con tu andar y tu trato...,
y el también...cuando yerres...
¡se pondrá en tus zapatos...!
por el mismo camino...
con distinto equipaje...
Y el que va a tu costado
quizás pueda tener,
una visión opuesta
a tu modo de ver...
El contempla la vida
desde su propia historia...,
sus programas, sus miedos,
su apego y su memoria...
Por eso, si creyeras
que equivoca su andar...
¡ponete en sus zapatos
para no prejuzgar...!
(Si acaso fuese el tuyo
su viaje espiritual...
¡seguramente entonces
tu marcharías igual...!)
Antes que censurarlo
sería mucho mejor,
honrarlo en su sendero...
y envolverlo en amor...
Y enseñarle en silencio,
-desde tu vibración-,
que solamente sirve
vivir con compasión...
Dale vos el ejemplo
con tu andar y tu trato...,
y el también...cuando yerres...
¡se pondrá en tus zapatos...!
Cada persona que contactás a diario en tu camino, camarada de ruta..., piensa como piensa, siente como siente...y actúa como actúa..., debido a lo que lleva en su ¨mochila¨ -todos lo hacemos- : condicionamientos familiares, culturales, de vidas pasadas...y fundamentalmente de su primera infancia.
Y cada vez que la juzgás..., estás reaccionando a esa programación que ella carga...
Si acaso hubiese forma de transferirte por un instante su pasado (sus miedos, sus anhelos, su dolor y su historia), su ¨peso específico¨, su nivel vibratorio...¡entonces te comportarías igual que ella...!
¡Por eso es tan importante “ponerse en sus zapatos”! : ello te permite palpar en carne propia, el ¨tejido vivo¨ que le hace ser como es..., comprender porqué actúa como actúa...y entender que no se da cuenta de sus propias programaciones y automatismos...
Y este proceso, es mucho más que un proceso mental: es un proceso energético que se puede aprender a desarrollar.
(La entidad no física llamada “Seth” -canalizada por la escritora Jane Roberts en su libro “El material Seth”-, se refiere a esa capacidad como “conocimiento de la esencia bien informada” : un ¨entender¨ al otro...al ¨transformarse¨ por unos instantes en el otro...; llegar a ¨ estar¨ dentro del otro –sin que ello implique control de ningún tipo.)
Es un “sumergirse” en la energía del otro –sin manipulación de ninguna clase-, sólo para ¨sentir¨ sus vibraciones..., y a través de ellas, percibir sus emociones..., sus sentimientos..., sus motivaciones..., su particular burbuja de realidad...
El hecho de ¨sintonizar¨ la perspectiva del otro...y el ¨compartir¨ vivencialmente en cierto modo, su pesar y su angustia..., es en sí mismo un acto sanador...y por ende, un regalo de amor que le hacemos.
Esa conexión vibratoria entre dos corazones, resulta entonces curativa para el que la recibe..., pero también para el que la propicia.
Porque la enorme comprensión resultante de ese proceso..., es inmensamente liberadora : te libera de considerarlo “equivocado”... ¡ y te libera de querer tener razón...!
Y empezás a verlo más allá de las formas..., de las restricciones..., de los papeles que desempeña... ; comienza a surgir ante tus ojos en su dimensión incondicionada, verdadera, real : ¡ un ser de luz..., jugando a ser humano...!
Lo reconocés entonces, como otro aspecto del “Gran Si Mismo” del que todos somos una faceta..., y podés fusionarte con él en un espacio unificado de dulzura y aceptación incondicional..
tomado:http://energiasfemeninas.ning.com/profiles/blog/show?id=3761689%3ABlogPost%3A529706&xgs=1&xg_source=msg_share_post
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